Temetoungameto

Preparando el proyecto de circunnavegación de la ensenada de San Simón me tropecé con una foto. A veces ocurre que vas por ahí pensando en tus cosas y de repente el mundo te prepara el escenario, los actores, la luz y el encuadre. Tu sólo lo ves y piensas que aquello es una imagen de foto. A veces, cuando ocurre algo así, pienso si no será que ya he visto una imagen como esa y lo único que hago es recordarla.

A todos nos ha pasado. Ahora bien, llegada la oportunidad, viene lo complicado. Llevarte la imagen a casa. Antes lo normal es que no llevaras la cámara encima y perdieras la oportunidad. Ahora eso no pasa (gracias al móvil) pero en ocasiones llevarte la imagen es una pequeña odisea que le da valor a la foto.

La situación es la siguiente. Me encuentro en mi kayak, regresando, en algún punto entre Bueu y Cabo Udra, con ligero viento de cara y paso junto a una batea. Como a tres o cuatro metros. Un grupo de gaviotas me ven pasar desde un larguero. La perspectiva es perfecta. Ahí tenemos la foto. Cinco minutos después me estoy peleando con el viento, la deriva, el encuadre que no consigo. Que no se moje el móvil y él que no enfoca, que si choco contra la batea, que si vuelve a palear para encontrar la posición, pero que no se moje el teléfono, eh.

Total, que al final no consigo la imagen que quiero. Muchas veces pasa cómo aquí, que te llevas paraa casa algo, pero la Foto, la instantánea buena se queda sólo para ti, en tu cabeza.